Las practicables ganan en estanqueidad, mientras que las proyectantes impiden la entrada de lluvia
El sistema de apertura de una ventana es un factor fundamental. Determina su utilidad, facilita la limpieza tanto del marco como de los cristales y garantiza la seguridad de quienes se encuentran en el interior de una estancia. Especialmente, en el caso de los niños, el tipo de apertura puede impedir que se expongan a situaciones de riesgo.
Uno de los sistemas más seguros en este sentido es la apertura oscilobatiente, una combinación entre la apertura tradicional practicable o hacia adentro y la apertura batiente. La clave de este sistema está en los herrajes, que permiten el movimiento de la ventana en ambos sentidos. Está pensado para ventilar una estancia sin necesidad de abrir la ventana por completo, pero también evita situaciones peligrosas, como impactos o caídas mientras permanece abierta. Tanto este sistema como el practicable están indicados para ventanas pequeñas. El segundo, porque deja pasar mayor cantidad de aire y luz, permite abrir por completo el hueco de la ventana y garantiza la estanqueidad.
Las ventanas correderas y plegables son muy útiles en huecos pequeños
Por su parte, los sistemas de apertura corredera están indicados para huecos grandes y estancias pequeñas, puesto que son más manejables y ocupan el espacio justo de la ventana. No obstante, es importante contar con un sistema adecuado de ruedas o carriles que facilite el deslizamiento y asegure un buen aislamiento. Para ello, se pueden instalar cepillos en la parte superior e inferior y un sistema de rotura de puente térmico. Una variedad de ventana corredera es el sistema de apertura plegable, que divide la ventana en varias partes u hojas. También es muy útil en grandes ventanales o huecos pequeños.
Fija y pivotante
Cuando la principal función de las ventanas es dejar pasar la luz, la opción más práctica es instalar una ventana fija. En este caso, las hojas no permiten su apertura, sino que mantienen siempre la ventana cerrada. Se utilizan en huecos de dimensiones reducidas o en combinación con ventanas practicables. En terrazas grandes es frecuente combinar ventanas fijas con practicables para ganar espacio.
Por el contrario, la apertura pivotante gira la hoja para que ésta se abra en un ángulo de 180 grados, en torno a un eje vertical u horizontal. La clave está en dos puntos ubicados en el centro de los marcos superior e inferior o en los laterales, que son los únicos puntos de agarre de la ventana mientras ésta permanece abierta. Este sistema es una alternativa a la ventana corredera, aunque ocupa más espacio y debe contar con un mecanismo que limite el movimiento libre de la hoja.
El sistema pivotante debe contar con un mecanismo que limite el movimiento libre de la hoja
Otros sistemas para dejar pasar la luz y el aire, pero impedir la entrada de lluvia, son las ventanas proyectantes o batientes en la parte inferior. Este modelo tiene las bisagras en la parte superior y la apertura, hacia el interior o hacia el exterior para ganar espacio, es limitada.
Por último, otros aspectos en los que conviene fijarse al instalar una ventana, son los herrajes o refuerzos metálicos, que además de facilitar la estanqueidad evitan un cierre violento. También hay que asegurar un manejo cómodo de las manillas, la instalación de cristal doble para mejorar el aislamiento térmico y acústico, y la colocación de marcos que garanticen un cierre hermético.